"Así que él es un dios muy malo? Es él, la momia?" Zarah pensó. "Oh sí, mi estimada hija, él es conocido por sus arrebatos de temperamento. Una vez, había matado a cientos de sus siervos en su furia ciega sólo porque uno de ellos agacho para hacerle un saludo lo suficientemente bajo. Y así sucedió que las serpientes fueron repartidas por todo  el mundo de Tibia para ocultarlas de la ira de Zathroth. Algunos de ellas incluso abandonaron la tierra para buscar refugio en el mar inquieto y unas adaptadas a vivir en el desierto. No obstante, todos ellas aún aman a su lugar de origen mucho, los pantanos alrededor de Venore. " Zoran no podía creerlo: "Estás hablando de… nuestro Venore? Aquí está la cuna de serpientes?" "No sólo su cuna, queridos, es también su tumba!" Odemara dice con una mirada en su dirección. "Cada serpiente antigua, ya se trate de una cobra, una serpiente de mar o simplemente una ordinaria verde serpiente, todos ellas regresan al lugar de sus antepasados cuando la muerte está muy cerca. Luego, entran en un trance profundo y se dejan ellas mismas hundirse al fondo del pantano para descansar junto a ellos en el sueño eterno. En la actualidad, la mayoría de la gente cree que las serpientes no tienen ningún botín, pero ahora ya sabes que esto no es cierto. "

Zarah ya había caído en un suave letargo, abrazando a su muñeca mientras que a Zoran los ojos todavía le brillaban con interés: "Pero… ¿qué ocurre con todas las piedras preciosas y joyas que han tragado a lo largo de su vida?" "Bueno…", Odemara se detuvo a pensar por un momento y luego añadió con un guiño en su ojo: "Una serpiente se pudre en el cuerpo por supuesto, pero las piedras preciosas no lo hacen. Corre el rumor de que los pantanos alrededor de Venore están llenos de objetos valiosos , Los tesoros más allá de tus sueños más locos. " Ella colocó un suave beso de buenas noches a Zoran en la  frente, que ha escuchado de su boca abierta. "Buenas noches mamá!" él gritó, eliminado el beso fuera y huyó a su habitación sin el alboroto habitual. Odemara sonrió.

Una vez en su habitación, Zoran cerró la puerta y se centró en su cajón de cabecera. Su cara estaba brillando con emoción cuando se acercaba lentamente, la abrió y sacó las grandes y espumosos diamantes que había encontrado hace dos días cuando estaba cavando agujeros con su pala cerca de los pantanos. Las miraba con admiración, moviéndolas una y otra vez en sus manos, miró a su vieja, sucia pala apoyándose contra la pared, escondió cuidadosamente su diamante en el cajón y se fué de nuevo a la cama.  Unos minutos más tarde, él ya estaba en camino a'la tierra de los sueños' y se vió a sí mismo sentado sobre un montón de joyas.

Buena suerte!
Su equipo CipSoft.